La demencia ó demencia senil de tipo Alzheimer (DSTA); Enfermedad de Alzheimer, es una pérdida de la función cerebral que se presenta con ciertas enfermedades. El mal de Alzheimer es una forma de demencia que gradualmente empeora con el tiempo y afecta la memoria, el pensamiento y el comportamiento.
Causas:
Usted es más propenso a padecer el mal de Alzheimer si:
- Es mayor. Sin embargo, sufrir esta enfermedad no es parte del envejecimiento normal.
- Tener un pariente consanguíneo cercano, como un hermano, hermana o padre con la enfermedad.
- Tener ciertos genes ligados al mal de Alzheimer como el alelo APOE epsilon4.
Factores:
Los siguientes factores pueden aumentar el riesgo, aunque no están bien comprobados:
- Pertenecer al sexo femenino
- Tener presión arterial alta por mucho tiempo
- Antecedentes de traumatismo craneal
Existen dos tipos de mal de Alzheimer:
- En el mal de Alzheimer de aparición temprana, los síntomas aparecen primero antes de los 60 años y es mucho menos común que el de aparición tardía; sin embargo, tiende a empeorar rápidamente. La enfermedad de aparición temprana puede ser hereditaria y ya se han identificado varios genes.
- El mal de Alzheimer de aparición tardía, la forma más común de la enfermedad, se presenta en personas de 60 años en adelante. Puede ser hereditario, pero el papel de los genes es menos claro.
Ya no se cree que el aluminio, el plomo y el mercurio en el cerebro sean una causa del mal de Alzheimer.
Síntomas:
Los síntomas de demencia abarcan dificultad con muchas áreas de la función mental, entre ellas:
- El comportamiento emocional o la personalidad
- El lenguaje
- La memoria
- La percepción
- El pensamiento y el juicio (habilidades cognitivas)
La demencia aparece primero generalmente como olvido.
El deterioro cognitivo leve (DCL) es la fase entre el olvido normal debido al envejecimiento y el desarrollo del mal de Alzheimer. Las personas con deterioro cognitivo leve tienen ligeros problemas con el pensamiento y la memoria que no interfieren con las actividades cotidianas y, con frecuencia, son conscientes del olvido. No todas las personas con deterioro cognitivo leve progresan a mal de Alzheimer.
Los síntomas del deterioro cognitivo leve abarcan:
- Dificultad para realizar más de una tarea a la vez
- Dificultad para resolver problemas
- Olvidar hechos o conversaciones recientes
- Tardar más tiempo para llevar a cabo actividades más difíciles
Los síntomas tempranos del mal de Alzheimer pueden abarcar:
- Dificultad para realizar tareas que exigen pensar un poco, pero que solían ser fáciles, tales como llevar el saldo de la chequera, participar en juegos (como bridge) y aprender nueva información o rutinas
- Perderse en rutas familiares
- Problemas del lenguaje, como tener dificultad para encontrar el nombre de objetos familiares
- Perder interés en cosas que previamente disfrutaba, estado anímico indiferente
- Extraviar artículos
- Cambios de personalidad y pérdida de habilidades sociales
A medida que el mal de Alzheimer empeora, los síntomas son más obvios e interfieren con la capacidad para cuidar de sí mismo. Los síntomas pueden abarcar:
- Cambio en los patrones de sueño, despertarse con frecuencia por la noche
- Tener delirios, depresión, agitación
- Dificultad para realizar tareas básicas, como preparar las comidas, escoger la ropa apropiada o conducir
- Dificultad para leer o escribir
- Olvidar detalles acerca de hechos cotidianos
- Olvidar hechos de la historia de su propia vida, perder la noción de quién es.
- Alucinaciones, discusiones, comportamiento violento y dar golpes
- Deficiente capacidad de discernimiento y pérdida de la capacidad para reconocer el peligro
- Uso de palabras erróneas, no pronunciar las palabras correctamente, hablar con frases confusas
- Retraerse del contacto social
Las personas con mal de Alzheimer avanzado ya no pueden:
- Entender el lenguaje
- Reconocer a los miembros de la familia
- Llevar a cabo actividades básicas de la vida diaria, como comer, vestirse y bañarse
Otros síntomas que pueden presentarse con el mal de Alzheimer:
- Incontinencia
- Problemas para deglutir
- Pruebas y exámenes
Un médico entrenado a menudo puede diagnosticar el mal de Alzheimer con los siguientes pasos:
- Examen físico completo, que incluye examen neurológico
- Hacer preguntas acerca de la historia clínica y los síntomas
- Un examen del estado mental
El diagnóstico de esta enfermedad se hace cuando ciertos síntomas están presentes y verificando que otras causas de demencia no estén presentes.
Se pueden realizar exámenes para descartar otras posibles causas de demencia, entre ellas:
- Anemia
- Tumor cerebral
- Infección crónica
- Intoxicación por medicamentos
- Depresión severa
- Accidente cerebrovascular
- Enfermedad de la tiroides
- Deficiencia vitamínica
La tomografía computarizada (TC) o la resonancia magnética (RM) del cerebro se pueden hacer para buscar otras causas de demencia, como tumor cerebral o accidente cerebrovascular.
En las etapas tempranas de la demencia, la imagen cerebral en las gammagrafías puede ser normal. En etapas posteriores, una resonancia magnética puede mostrar una disminución del tamaño de diferentes áreas del cerebro.
Aunque estos exámenes no confirman el diagnóstico de Alzheimer, sí excluyen otras causas de demencia (como accidentes cerebrovasculares y tumor).
Sin embargo, la única forma de saber con certeza que alguien sufrió el mal de Alzheimer es examinar una muestra de tejido cerebral después de la muerte.
Los siguientes cambios son más comunes en el tejido cerebral de personas con Alzheimer:
- "Nudos neurofibrilares" (fragmentos enrollados de proteína dentro de las neuronas que obstruyen la célula).
- "Placas neuríticas" (aglomeraciones anormales de células nerviosas muertas y que están muriendo, otras células cerebrales y proteína).
- "Placas seniles" (áreas donde se han acumulado productos de neuronas muertas alrededor de proteínas).
Tratamiento
No existe cura para la enfermedad de Alzheimer. Los objetivos del tratamiento son:
- Disminuir el progreso de la enfermedad (aunque esto es difícil de hacer).
- Manejar los síntomas como problemas de comportamiento, confusión y problemas del sueño.
- Modificar el ambiente del hogar para que usted pueda desempeñar mejor las actividades diarias.
- Apoyar a los miembros de la familia y otros cuidadores.
TRATAMIENTO FARMACOLÓGICO:
Los medicamentos se emplean para ayudar a disminuir la tasa a la cual los síntomas empeoran. El beneficio de estos fármacos con frecuencia es muy pequeño y usted y su familia no siempre pueden notar mucho cambio.
Antes de usar estos medicamentos, pregúntele al médico o al personal de enfermería:
- ¿Cuáles son los efectos secundarios potenciales del medicamento y sí vale la pena el riesgo?
- ¿Cuándo es el mejor momento, si lo hay, para usar estos fármacos?
Los medicamentos para el tratamiento de esta enfermedad:
Donepezil (Aricept), rivastigmina (Exelon) y galantamina (Razadyne, antiguamente llamado Reminyl). Los efectos secundarios abarcan malestar estomacal, diarrea, vómitos, calambres musculares y fatiga.
La memantina (Namenda).
Los posibles efectos secundarios abarcan agitación o ansiedad.
Se pueden requerir otros medicamentos para controlar comportamientos agresivos, agitados o peligrosos. Algunos ejemplos son el haloperidol, la risperidona y la quetiapina. Generalmente, se administran en dosis muy bajas, debido al riesgo de efectos secundarios que incluyen un mayor riesgo de muerte.
Puede ser necesario suspender medicamentos que empeoran la confusión, como analgésicos, cimetidina, depresores del sistema nervioso, antihistamínicos, pastillas para dormir y otros. Sin embargo, nunca cambie ni deje de tomar los medicamentos sin hablar primero con el médico.
Pronóstico
La rapidez con la cual empeora esta enfermedad es diferente para cada persona. Si el mal de Alzheimer se presenta súbitamente, es más probable que empeore con rapidez.
Los pacientes con mal de Alzheimer con frecuencia mueren antes de lo normal, aunque un paciente puede vivir entre 3 y 20 años después del diagnóstico.
La última fase de la enfermedad puede durar desde unos meses hasta varios años. Durante ese tiempo, el paciente se torna totalmente inválido. La muerte por lo regular ocurre por una infección o una insuficiencia orgánica.
Posibles complicaciones
- Personas mal cuidadas
- Úlceras de decúbito
- Pérdida del funcionamiento muscular que imposibilita mover las articulaciones
- Infección, como infecciones urinarias y neumonía
- Otras complicaciones relacionadas con la inmovilidad
- Caídas y fracturas
- Comportamiento dañino o violento hacia sí mismo o hacia los demas
- Pérdida de la capacidad para desempeñarse o cuidarse
- Pérdida de la capacidad para interactuar
- Desnutrición y deshidratación
Consulte con el médico si alguien cercano experimenta síntomas de demencia.
Asimismo, llame al médico si una persona con este trastorno experimenta un repentino cambio en su estado mental. Un cambio rápido puede ser indicio de otra enfermedad.
Si está cuidando a una persona con este trastorno y la afección se deteriora a tal punto que ya no la puede cuidar en casa, hable sobre la situación con el médico.
Prevención
Aunque no existe una forma comprobada de prevenir el mal de Alzheimer, existen algunas prácticas que vale la pena incorporar en la rutina diaria, particularmente si usted tiene antecedentes familiares de demencia. Hable con el médico acerca de cualquiera de estas propuestas, especialmente aquellas que implican tomar medicamentos o suplementos.
- Consumir una dieta baja en grasa.
- Consumir pescado de agua fría (como atún, salmón y caballa) rico en ácidos grasos omega-3, al menos dos a tres veces a la semana. ó un suplemento que aporte la cantidad necesaria de omega 3.
- Reducir la ingesta de ácido linoleico que se encuentra en las margarinas, la mantequilla y los productos lácteos.
- Incrementar los antioxidantes, como los carotenoides, la vitamina E y la vitamina C, consumiendo muchas frutas y verduras de color oscuro.
- Mantener una presión arterial normal.
- Permanecer activo mental y socialmente durante toda la vida.
- Los medicamentos que ayudan a controlar el colesterol alto, disminuyen el riesgo del mal de Alzheimer. Sin embargo, hable con el médico acerca de los pros y contras de la utilización de estos medicamentos para la prevención.
Fuentes: MedlinePlus.com
Aviso
La información que usted encontrará en este artículo tiene fines informativos y educativos. No pretende substituir el necesario consejo médico o la necesidad de un tratamiento profesional médico para una dolencia o trastorno en su salud.
Siempre debe consultar a un médico ante cualquier duda sobre su salud y antes de comenzar un nuevo tratamiento con medicamentos, dieta o programa de ejercicio físico.
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